CARTA AL CORAZON DE CADA RAMA

CARTA AL CORAZON DE CADA RAMA

Cuando la misión empezó   en este tiempo (1974), los guías extraterrestres al cabo de los meses estaban ellos mismos, insistiendo que nos reuniéramos en grupos de afinidad y sintonía para tener experiencias mayores, y pudiéramos crecer juntos y unidos en fraternidad.  La temprana divulgación y difusión de la contundencia y realidad del contacto, hizo que llegara la fama, el prestigio y de improviso gran cantidad de personas a los pequeños grupos ya existentes. Esos grupos iniciales se habían decantado alrededor de personalidades como la de Juan Acervo, gran amigo y hermano en misión, así como con mi hermano Charlie (hoy Verónica) y conmigo. Cada grupo avanzaba por sí mismo, tenía sus propias experiencias que coincidían o diferían, pero las mayores diferencias estaban en la forma de encarar el contacto y los puntos de enfoque de este. Por eso convenimos en llamarlo “Los Grupos Rama”, porque eran varios grupos dentro de una misma misión y debíamos respetarnos mutuamente.

Los guías sabiamente dijeron que la misión era para dos años, en que se difundiría y se expandiría el mensaje, cada uno como lo sintiera, con el apoyo de las experiencias y después de ello, el mensaje seguiría como una reacción en cadena y cada uno lo encarnaría como así lo sintiese. Nuestro ejemplo personal como lideres dejaría un punto de referencia para todos los que viniesen después.

La llegada de tanta gente ávida de saber y tener respuestas, muchas de ellas con un bagaje cultural y esotérico mayor que el nuestro, por cuanto éramos tan solo un grupo de jóvenes saliendo de la adolescencia, alentaron partidarismos y una incontrolable explosión de nuestros propios egos, que nos llevaron sin darnos cuenta, a querer aglutinar esa gente en torno a nosotros y no tanto al mensaje.  Aparecieron con toda esta gente, informaciones que empezaron a circular entre nosotros que no tenía nada que ver con las revelaciones que los guías nos daban, y que hacían más cómodo apoyarse en ellas que hacer preguntas en profundidad en los mensajes. Se empezaron a formar rápidamente grupos en provincias y en el extranjero con gran éxito y entusiasmo. La dificultad logística de mantener totalmente informados a dichos grupos a la larga fue beneficioso para ellos en cuanto a logros y experiencias, por cuanto no se contaminaron tan fácilmente como nosotros y lograron un avance significativo y sustentable dependiendo más de los guías que de nosotros.

No faltaron por allí seudo grupos delirantes y deseosos de hacerse del nombre de RAMA por su prestigio, para avalar así toda clase de desequilibrios, aprovechando de que no éramos una institución legalmente formada que podía proteger a sus miembros, y deslindar responsabilidades de gente desequilibrada e inescrupulosa.

A fines del 74 las diferencias entre las distintas personalidades y la continua mala influencia e insidia de las personas deseosas de alentar diferencias y partidarismos, hizo que se produjeran rupturas, y el alejamiento de los miembros de ese grupo original fundador.  Para 1975 lo que habían sido diferencias de opiniones o puntos de vista distinto, marcaron profundas distancias y separaciones, que me llevaron a pensar que la misión no era viable, por cuanto nosotros no estábamos preparados para hacernos eco del mensaje de que Rama es Amar. Si no había comunicación, respeto y tolerancia entre nosotros, ¿cómo podríamos encarnar dicho mensaje llevándolo a la práctica?

Se hizo en 1975 un gran esfuerzo de integración por cuanto ya estaban surgiendo en provincias el mismo fenómeno de personalidades que generaban separación o simplemente habían encontrado su propio camino, como fue el caso de Elard Fernández en Tacna. El intento de integración fue la realización de los viajes de agosto de 1975 que procuraba aglutinar a todos, pero no logró su objetivo y más bien nos distanció más a unos y a otros.

La guía de prácticas original no llegó de los guías extraterrestres, sino como un esfuerzo de dar un canon de trabajo básico para los grupos, este fue un aporte invaluable de mi hermano Charlie (Verónica), que venía a ser un punto de referencia para orientar la dinámica del trabajo de los grupos y de los importantes temas a profundizar.

A fines del 75 consideramos la posibilidad de disolver la mínima organización de Rama también sugerida por mi hermano Charlie con el Consejo de Tierra o reunión de instructores, pero considere que el mal manejo que habíamos hecho del trabajo grupal justificaba la ampliación de los plazos. Los años de dictadura militar, el terrorismo, etc. nos llevaron a considerar la legalización del grupo para protegernos y proteger al grupo, garantizando las salidas y campamentos. Esto llevo a una inercia peligrosa en donde la forma terminó siendo más importante que el fondo que era el mensaje, y que los instructores de grupos comenzaran a tener expectativas de control y poder en la jerarquía que había surgido, creándose luchas de poder y todo tipo de enfrentamientos, todos ellos alejados del mensaje del Amor.

Por consejo de los guías extraterrestres entre 1989 y 1990 se disolvió la organización civil y material de misión Rama para volver a ser como éramos en un principio grupos de afinidad y sintonía, grupos de amigos en torno al contacto.

He visto como en los últimos años ha habido personas que nuevamente han insistido sobre las formas y estructuras obsoletas de control y dominio sobre los grupos, ejerciendo poder y manipulando consciente o inconscientemente a la gente. Todo esto me lleva a redactar esta carta como uno de los fundadores y protagonistas del contacto inicial, a aconsejar la independencia absoluta de los grupos en cada país, y en cada ciudad, sin tener que rendir cuentas a personas que abusan de su antigüedad separando o borrando a su antojo a la gente de los supuestos chats oficiales.

Si los grupos de Colombia desean trabajar las guías de prácticas en forma de módulos, que bueno por ellos. Si los grupos de Chile quieren reestructurar las prácticas y separar lo canalizado de lo que no y así enseñarlo, me alegro mucho por ellos; si los grupos de tal o cual país desean reducir el número de prácticas o aumentar su número, les deseo buen trabajo y toda clase de éxitos. Si los grupos en Perú consideran mejorar la calidad de la preparación de los instructores o facilitadores, me parece muy bien, pero hay que aclarar que no hay una sede central de Rama. Perú no lo es, la real sede es el corazón de cada persona y de cada grupo allí donde se encuentra.

Es lamentable escuchar cómo se van multiplicando las habladurías de unos y de otros, haciéndonos daño mutuamente a través del chisme, la insidia y el ataque soterrado.

Por todo ello y como reflexión final espero que nos sigamos encontrando a través de las redes sociales que no existían cuando nosotros empezamos hace casi 52 años. Las tenemos que aprovechar, pero no para controlar, manipular o someter, sino para conversar y compartir, porque si entre nosotros falla la comunicación, ¿cómo queremos seguir manteniendo contacto con los guías extraterrestres?

Atentamente,

Sixto Paz